Cada año, Cáritas convoca una formación para su personal técnico. En esta ocasión nos hemos trasladado a Santander para realizar una experiencia transformadora, lúdica, vivencial y participativa.
Todas las personas se trasladaron fuera de las instalaciones habituales del trabajo, un monasterio en medio de la naturaleza a media hora de la ciudad, lo que favoreció el disfrute y el clima socio-afectivo desde otro ambiente.
En horario de la mañana realizaron con otra entidad una formación con carácter más espiritual relacionado con su trabajo y por la tarde, Sandra de Rivas (Neuronilla) facilitó un clima distendido con actividades diversas para reforzar los valores que deseaban como los vínculos del equipo, el agradecimiento a sus colaboradores/as y el sentimiento de pertenencia a su organización.
El movimiento, la música y las actividades de encuentro entre las personas participantes unida al saber hacer, favorecieron para que disfrutaran y se consiguieran los objetivos marcados para el taller.
Agradecemos a Cáritas Santander y especialmente a Natalia Fronceda por la coordinación de la actividad.