Blog

Relación entre pensamiento divergente y discapacidad intelectual – Fabricio Mancebo.

autor: Fabricio Mancebo.

fecha publicación en neuronilla: 17/12/02

Creatividad: Proceso mental, inmediato y ampliable, de asociación de ideas e informacción* acumuladas en el subconsciente que, sumadas a las conscientes y aplicadas ante un problema determinado, dan un resultado o solución valiosa y original, divergente.

*Informacción: Aquella información que ha servido o servirá para pasar a la acción, siendo esta reutilizable. Hay que manejarla como medio, aunque sea para crecer como personas (lo que nos hará pasar de una manera u otra también a la acción), hacia un fin único pero infinito, la creatividad total. De nada sirve la información por la informació, si luego se olvida, se almacena y no se usa; hay que darle un sentido, proporcionarle la dosis suficiente de tu Yo y lanzarla hacía el muro de la pasividad y la monotonía. Fabricio Mancebo Gilabert.

El trabajo que realicé fue el resultado de varios meses de estudio y tratamiento de diferentes instrumentos para el diagnóstico y desarrollo de la creatividad para su posterior aplicación a personas con deficiencia mental.

Tras efectuar las modificaciones adecuadas a diferentes test ya realizados por otros investigadores, adapté estos instrumentos al grupo al que iban dirigidos, personas con alguna discapacidad mental, siempre encontrándose estos entre los que se denominan “límites”, es decir, que su retraso o deficiencia no es profunda.

Este trabajo no deja de ser un mero acercamiento al tema propuesto. Es el principio de posteriores investigaciones que ampliarán y nos ayudarán a conocer mejor la capacidad creativa de estos jóvenes discapacitados. También pretenderé probar y demostrar en posteriores estudios el desarrollo creativo en estas personas tras la correcta aplicación de técnicas de estimulación durante un tiempo determinado, consiguiendo que esta preparación hacia el pensamiento divergente los ayude en otros aspectos de su vida.

Objetivos

El objetivo principal de estas pruebas ha sido corroborar la no relación entre inteligencia y creatividad. Torrance, Guilford, la Universidad Católica de Milán, Getzels y Manaus, entre otros, han sido algunos de los estudiosos del tema, llegando a la conclusión unívoca de que no existe relación entre inteligencia y creatividad.

Pero lo novedoso de estas pruebas ha sido que nunca se han realizado en este tipo de personas discapacitadas, siempre se han efectuado a partir de un coeficiente intelectual normal, es decir, mas de 60-70 de C.I.

Getzels y Jackson, por ejemplo, comprobaron una relación positiva, pero baja, entre pensamiento divergente y el cociente intelectual a partir de un determinado nivel de inteligencia. Torrance, Tylor y Holland hicieron revisiones de estos estudios y llegaron a la misma conclusión de que la correlación entre la inteligencia y el pensamiento divergente es baja y positiva para la población en general, pero prácticamente nula en los casos de altos niveles de inteligencia.

Con este trabajo he querido comprobar principalmente dos cuestiones:

  • La primera es si realmente una persona con un coeficiente menor de 60 era capaz de demostrar un alto grado de creatividad (sabiendo de antemano que debía adaptar las pruebas y su posterior evaluación a su edad mental).
  • La segunda ha sido estudiar al grupo en cuestión para ver si entre ellos también se cumplía esta norma, es decir, basándome en sus diferentes grados de discapacidad, observar si alguno de ellos con un CI menor o grado más fuerte de deficiencia podía ser más creativo que otro con problemas leves o un CI al límite de lo que consideramos normal.

Población

La población elegida estaba compuesta por 10 personas con edades comprendidas entre los 22 y los 30 años, de ambos sexos y con diferentes deficiencias tales como retraso mental ligero, deficiencia mental baja-media y síndrome de Down. Lo que se intentó fue elegir sobre todo a los que se encontraban en un mismo nivel de comprensión y capacidades similares de actuación (con algunas diferencias que luego resultaron muy interesantes en la evaluación). Había algunos que podían escribir, otros no. Algunos dibujaban mejor que otros, y la capacidad verbal entre ellos era similar aunque existían diferencias en el grado o nivel de expresión. Pero en ningún momento estas leves diferencias supusieron un problema para los resultados obtenidos, ya que las pruebas se adaptaron de tal manera que reducían al máximo esta desigualdad y como veremos más adelante los resultados fueron en muchos casos sorprendentes, demostrando que el pensamiento divergente (aunque sepamos que en él interfieren muchos agentes externos e internos) no depende, en general, del CI mas alto.

Para realizar las pruebas se tuvo en cuenta sus deficiencias, su edad mental, su capacidad verbal y escrita y el nivel de comprensión. Partiendo de esa primera reticencia que podían mostrar los sujetos a dibujar o dar ideas, planteé unos test adaptados a este tipo de personas encabezados por un Torbellino de Ideas. La estimulación por parte de mis colaboradores y yo para que no dejaran de aportar ideas y no tuviesen miedo a hablar fue constante a lo largo de las pruebas.

Pruebas y actividades

En primer lugar se eligieron diferentes pruebas que me parecían aptas para su posterior aplicación. Me decidí por los folletos de Torrance, que plantean una serie de preguntas con respecto a una imagen inicial y a estímulos gráficos o escritos (eligiendo solo algunas de las actividades que propone, ya que estas pasarían a formar parte de una prueba mixta preparada exclusivamente a estos niño deficientes).

También se llevaron a cabo actividades basadas en el Torbellino de Ideas de David de Prado Díez, otorgándoles el primer lugar en los test para motivar, preparar y estimular de esta manera el pensamiento divergente en estos jóvenes para que perdieran ese miedo inicial a la prueba. Por supuesto se explicó perfectamente la importancia de la originalidad y cantidad de respuestas dadas, así como la importancia de tener en cuenta que “no hay nada correcto o incorrecto, bien o mal, mejor o peor” para que de este modo perdieran el miedo a realizar algo que estuviese mal. Lo importante es que desde el principio comprendieron perfectamente lo que tenían que hacer y no se sintieron en ningún momento cohibidos por las respuestas de otros o por mi presencia.

Otra de las pruebas que realizamos fue una prueba gráfica de 9 estímulos abiertos para que dibujaran lo que se les ocurriera a partir de estos (la prueba es de Kate Frenck inspirándose en Torrance). Además añadí otra prueba gráfica de Ricardo Marín (que solo apliqué al grupo II) muy parecida a la de Kate Frenck, en la que se podía evaluar no solo la originalidad sino también la fluidez y la capacidad de síntesis (al no estar enmarcados los estímulos podían enlazar los dibujos), ya que eran 7 estímulos diferentes repetidos 3 veces cada uno para ver la diversidad de respuestas que podían dar (esta prueba en principio constaba de 5 repeticiones, pero la reduje a 3 para hacerla más rápida y menos cansada, pues el resultado podía ser el mismo).

El grupo elegido lo dividimos en dos partes. Como algunos no podían escribir bien, se adaptaron las pruebas para que todas ellas pudieran hacerse verbalmente (menos las gráficas). De esta manera íbamos anotando las respuestas de cada uno. La idea de dividirlos en dos grupos fue para agilizar las anotaciones de lo que proponían. Al final tampoco hubo ningún problema.

Al ser dos grupos cambiamos dos pruebas para no hacer monótono el estudio, pero ambas analizaban lo mismo.

Los tiempos de las pruebas oscilaban entre los 10 y los 15 minutos y lo que se pretendía medir era la originalidad, la fluidez y la flexibilidad.

Conclusiones

Lo que he querido demostrar en este trabajo de investigación ha sido que una persona discapacitada psíquica puede desarrollar el pensamiento divergente con una adecuada preparación y estimulación. Como entre las personas mentalmente normales, entre ellos tampoco existe una relación clara entre inteligencia y creatividad. Los sujetos estudiados lo han demostrado, no por tener el problema más leve o el CI más alto dentro del grupo han destacado en los test. Al contrario, diría que algunos de los más afectados han obtenido los mejores resultados.

Pero lo que quiero dejar claro es que este ha sido un primer acercamiento a este tema. La población ha sido pequeña y esta primera adaptación de pruebas ha sido realizada a modo de experimento. En este momento, si tuviera que repetir los test, probaría y adaptaría mejor estas y otras pruebas y actividades, ya que sé como se comportan ante ciertos estímulos. Como no, también es necesaria la repetición de este tipo de actividades para que su forma de pensar vaya acercándose al pensamiento divergente.

Este tipo de personas no poseen un ambiente familiar, en su mayoría, estimulante ni motivador, por lo que su parte creativa puede estar anquilosada. Además, y como es normal, en las escuelas o centros en los que han estado se ha procurado enseñarles cosas productivas para que sepan desenvolverse ante problemas cotidianos. Estimular el pensamiento convergente, en la medida de lo posible, hacia lo correcto y necesario para sobrevivir. Pero deberían hacer un esfuerzo por acompañar esta estimulación del pensamiento convergente de una estimulación continuada de la creatividad (pensamiento divergente).

En el Centro Ocupacional Oriol ya van a empezar a impartirse talleres creativos para el desarrollo divergente de estas personas. Creo que es algo muy interesante e innovador, ya que no solo puede servirles para que hagan algo diferente y divertido sin cortapisas ni normas, sino que este tipo de talleres pueden ser muy productivos a nivel personal. Es decir, con una adecuada estimulación pueden ampliarse sus perspectivas laborales, sus intereses personales, y su motivación a realizar cosas nuevas. En todo caso, lo peor que podría suceder es que se beneficiasen de esos momentos divertidos haciendo algo diferente a sus tareas diarias.

  • Sólo con ver lo felices que estaban tras haber visto que podían dar ideas y que habían realizado cosas “diferentes y divertidas”, ha merecido la pena haber llevado a cabo este estudio.

Espero que este trabajo sea el principio de sucesivos estudios sobre el tema, y ayude a seguir creando esa necesidad de estimular y enfocar la creatividad hacia todo ámbito, ya sea este escolar, laboral o personal.

2 comentarios en «Relación entre pensamiento divergente y discapacidad intelectual – Fabricio Mancebo.»

  1. buena tarde me desempeño como fonoudiologa en un programa de inclusión educativa, estoy elaborando un proyecto para niños con discapacidad cognitiva y dificultades en el aprendizaje, tengo como punto de partida el pensamiento divergente, encontré tu investigación y los resultados sobre este, me gustaría saber si puedes compartirme mas información sobre este tema o donde puedo leer as sobre el mismo. agradecería tu atención. gracias

    Responder

Deja un comentario

diecinueve − 13 =

CATEGORÍAS

SUSCRÍBETE

¿Quieres recibir directamente en tu buzón de correo todas nuestras publicaciones?
Artículo añadido al carrito.
0 artículos - 0,00