Argumenta que tanto los sistemas biológicos, como cada cultura, como la humanidad entera, está abocada hacia el crecimiento y hacia más situaciones de “todos ganan” (el método «win-win»).
Los juegos en los que el trinufo de un jugador no conllevan la derrota de los demás jugadores nos llevan a la complejidad social y la globalización.
WRIGHT, Robert. Nadie pierde: la teoría de juegos y la lógica del destino humano. Tusquetes, 2001.