La participación activa en la educación es clave para crear una comunidad escolar creativa, dinámica y de bienestar. En Getafe (Madrid), un proceso colaborativo impulsado por la Delegación de Educación del Ayuntamiento de Getafe, ha reunido a diversas AMPAS de la ciudad con el propósito de abordar los retos de la participación educativa.
Este proceso ha puesto de manifiesto la importancia de trabajar mano a mano entre las AMPAS y la dirección de los centros, reforzando el valor de la colaboración mutua para generar un impacto positivo en la comunidad escolar.
Un Proceso Colaborativo: Del Diagnóstico a la Acción
Durante varias sesiones, las AMPAS de Getafe participaron en dinámicas de indagación colectiva y sistémica. Este enfoque permitió identificar de manera profunda los problemas relacionados con la participación, clasificados según las diferentes etapas educativas y las zonas de la ciudad. En los primeros encuentros, se utilizaron dinámicas participativas en grupos por edades y barrios, lo que ayudó a comprender mejor los desafíos y necesidades de cada comunidad educativa.
La colaboración mano a mano entre las familias, la comunidad educativa y la dirección escolar es fundamental para que los proyectos tengan un impacto real. Los participantes coincidieron en que, para fortalecer la participación, es esencial que tanto los centros como las AMPAS trabajen de manera conjunta en la toma de decisiones, promoviendo espacios de diálogo que fomenten la cooperación y el sentido de pertenencia.
«Me concierne lo que sucede»
El trabajo conjunto permitió generar ideas innovadoras para mejorar la participación en las AMPAS. Las propuestas se clasificaron en dos grandes categorías:
- Ideas aplicables a corto plazo: Soluciones inmediatas que abordan problemas concretos y que pueden implementarse rápidamente, como mejorar los canales de comunicación y la organización de actividades participativas.
- Ideas potenciales a largo plazo: Iniciativas con un alto valor transformador, como cambiar las estructuras y creencias dentro de las comunidades escolares. Estas ideas no solo tienen el potencial de resolver problemas, sino que podrían ser la base para un cambio cultural a nivel de toda la comunidad educativa.
«Lo que aporta cada persona es importante»
Este proceso ha sido una oportunidad para reflexionar sobre varios aspectos de la participación en la educación:
- La baja participación es un problema común, pero es algo mejorable.
- El entusiasmo de quienes ya participan es contagioso, y lo podemos aprovechar para animar a más personas a involucrarse.
- La colaboración entre centros educativos y AMPAS es clave para crear una comunidad educativa más integrada y participativa.
- Cada pequeño avance es un paso hacia un cambio mayor, y no debemos subestimar el valor de cada acción.
Una Cultura de Participación: Impulsemos el Cambio
Al final del proceso, se presentó un resumen con las ideas generadas, destacando el valor de la colaboración activa entre todas las personas de la comunidad educativa. El propósito de estas jornadas ha sido claro:
- Dar a conocer el proceso y los resultados, animando a más personas a unirse a las AMPAS.
- Impulsar la acción y la mejora continua, en beneficio de toda la comunidad escolar.
- Valorar las contribuciones de todas las personas involucradas, ya que cada aportación es valiosa para lograr el cambio.
Como bien expresa Carol Dweck: «El cambio comienza con un acto, por más insignificante que parezca; cada paso construye el camino hacia algo mucho mayor.»
Este proceso es solo el inicio de un cambio que puede transformar la forma en que entendemos y participamos en la educación.
¡Es momento de actuar!
Si quieres ser parte de este cambio, da el siguiente paso: comparte este artículo, únete a tu AMPA y trabaja junto con tu centro educativo para impulsar la participación activa.
Juntos/as podemos construir una comunidad educativa más inclusiva, comprometida y creativa.
