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La creatividad de los niños – María Eugenia Manrique

Autora: María Eugenia Manrique

Fecha de publicación en Neuronilla: 25/07/04

La creatividad innata de los niños es un tesoro que los adultos deben saber potenciar o, al menos, no reprimir.

La creatividad es una cualidad innata, que durante la infancia es muy delicada, pudiéndose desaprovechar gran parte de su potencial. Por fortuna, también resulta sencillo estimularla dentro del ámbito familiar, dándole además una oportunidad a los padres de compartir un tiempo con sus hijos mientras redescubren su propia creatividad.

Consejos para no reprimir la creatividad infantil Algunas actitudes de los padres pueden ser contraproducentes y llegar incluso a reprimir la creatividad infantil. Hay que estar atentos para:

  • Guardar cierta distancia.- Si el niño nos manifiesta sus dudas las respuestas sólo deben guiarle a otras posibilidades, sin ofrecerle soluciones de adulto.
  • No competir.- En las actividades o juegos donde está implícita la creatividad hay que evitar cualquier intención competitiva.
  • Escuchar.- El niño siente perfectamente cuándo se le escucha con atención; esta actitud le hace sentirse más seguro y dispuesto a compartir.
  • No elaborar juicios.- Si el niño expresa insatisfacción ante su propuesta, hay que animarle a transformarla partiendo de los aspectos que le gustan, alejándole del deseo de perfección que le impide disfrutar con libertad.
  • Respetar el tiempo del niño.- Implica tener paciencia, sobre todo cuando el niño trata de crear su respuesta.
  • Transmitir confianza.- El niño busca el apoyo de los adultos. Una sola palabra de ánimo, una caricia, pueden darle la seguridad que necesita.

Propuestas para desarrollar la creatividad
Cuando miramos la vida con ojos nuevos cada instante o cada actividad encierra un potencial de creatividad y diversión. Los niños tienen una gran capacidad para aprovecharlo.

  • Una caminata puede resultar creativamente divertida si proponemos diferentes maneras de caminar. Puede comenzar el adulto con pasos mecanizados como un robot, el niño le imita por un momento y luego le tocará a él proponer otra forma de desplazarse.
  • Los niños sienten gran atracción por los animales. Invitarles a crear animales fantásticos les permite entretenerse con su imaginación. Pueden comenzar observando dibujos o fotos de animales, incluso utilizar revistas o fotocopias para recortar y «construir» sus animales fantásticos. La idea es seleccionar partes de diferentes animales para formar un nuevo animal… Al final le pedimos que le ponga nombre y nos diga qué tipo de animal es, qué come, cómo duerme, cómo se relaciona con otros animales…
  • Las vacaciones y paseos en la naturaleza son una buena oportunidad para la creación a partir del entorno. Comenzaremos por estimular el espíritu de exploración yendo en búsqueda de pequeñas formas naturales u objetos fáciles de coger, como piedras, caracolas, ramitas secas… Podemos hacer de ayudantes del pequeño explorador, sin ánimo de controlar, sólo para evitar peligros. Una vez que tenga su colección, le animamos a contarnos algo sencillo de cada cosa: cómo llegó la caracola a esta playa, cómo se cayó esta hoja (o rama) del árbol…
  • A la mayoría de los niños les encanta colaborar en las tareas de los adultos. Permitirles que participen en el momento de servir la comida invitando a los pequeños a diseñar los alimentos en cada plato resulta más creativo de lo que parece.
  • Generalmente la casa se diseña y decora al gusto de los adultos, pero también puede tenerse en cuenta el gusto de los pequeños. Seguro que no resultará tan caótico dejarles colocar algunos detalles decorativos a su gusto.

Artículo elaborado por María Eugenia Manrique y cedido por la revista CuerpoMente

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