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Innovación: el arte del jamming – John Kao

Aprender a crear en colectivo, institucionalizar este acto y gerenciar la creatividad como una ventaja competitiva son el alma de la cuarta ola de la gestión.

johnkaoAliar la improvisación a la disciplina parece una misión imposible. Pero, es lo que se hace en el jazz, cuyas partituras las empresas y las organizaciones tienen que aprender a tocar, bajo pena de dejar la escena de los negocios, recomienda John Kao, profesor de Creatividad de la Harvard Bussiness School, en su más reciente libro, «Jamming – The Art and Discipline of Coporate Creativity». Aprender a crear en colectivo, institucionalizar este acto y gerenciar la creatividad como una ventaja competitiva son el alma de la cuarta ola de la gestión, en las palabras de su autor. La empresa del futuro tendrá que ser como un club de jazz

¿Por qué escogió para el título el término «jamming»? Suena un poco extraño para un libro sobre gestión, sobre todo para quien no está familiarizado con la música…

El término viene de jazz. Significa juntar personas de diferentes capacidades y, a través de la improvisación, concebir en conjunto algo nuevo, creativo y armónico. El objetivo, al escribir este libro, fue tomar una posición sobre la importancia de la creatividad como fuente de la ventaja competitiva. Me inspiré en el jazz porque las competencias, o sea, el talento para tocar esta música, son semejantes a lo que hoy se necesita para hacer que en los negocios sean más creativos. Ese título sirvió para atraer la atención del lector. Pero el libro no es sólo eso. Muchas empresas e instituciones concuerdan en que la creatividad es importante, y yo les vendo la idea con facilidad. Lo que falta es el «cómo», o sea con qué sistemas, mensajes y herramientas se fomenta la creatividad en las empresas.

¿Esa inspiración en el jazz proviene de su carrera artística?

Tuve, de hecho, una vida profesional poco común. Ya me jubilé unas cuatro o cinco veces y todavía espero volver a hacerlo unas cuantas más. Mi primera carrera fue la de músico profesional. Conocí el jazz en mi juventud, cuando estaba en el colegio, y me marcó mucho. De ahí que me haya inspirado directamente en él.

Muchos legos consideran al jazz como una música anárquica reservada a los grandes artistas. ¿Cómo convence a los gerentes para que escuchen sus lecciones?

El subtítulo del libro es: «El arte de la disciplina de la creatividad en los negocios». O sea, la creatividad tiene que ser entendida en dos sentidos mutuamente importantes: el de la inspiración creativa; y el de la disciplina pura y simple, que resulta de la experiencia y del saber práctico. El jazz no es una anarquía musical. No es verdad que los músicos tocan lo que quieren. Tienen que comprender la gramática del jazz, tienen que saber tocar los instrumentos con maestría, tienen que conocer la tradición y la obra de los virtuosos. Cuando actúan hay siempre un equilibrio entre lo que descubren en el momento y la disciplina que adquirieron a lo largo de la carrera. Es ese equilibrio entre inspiración y disciplina lo que debe ser institucionalizado en las organizaciones.

Pero, eso significa transformar la creatividad en un proceso institucionalizado. Ahora, la mayoría de las personas la encara como algo que sólo está al alcance de algunos elegidos…
Es verdad que para muchos la creatividad cayó del cielo, es magia, o un talento innato reservado a los genios. Se confunde creatividad con genialidad. Pienso que todos somos creativos, es parte de la condición humana. Pero sólo algunos creativos son, de hecho, geniales. Entonces, la creatividad no sólo es posible sino que es inevitable. En Silicon Valley, se dice que el ciclo de vida entre una idea y la oferta de un producto o servicio en el mercado no puede sobrepasar los 18 meses. Esto obliga a crear en el momento, bajo presión. Por eso, el jamming es tan importante en las empresas. Me dijeron que jamming es el término que define la Cuarta ola de la gestión, en la actual era de la creatividad. Adhiero a esa idea.

Si estamos pasando de la era de la ventaja competitiva a la de la ventaja creativa, entonces, ¿Michael Porter y los otros teóricos de la creatividad estaban equivocados?

Bueno, todos ellos hablan de la creatividad. Prahalad y Hamel, en su último libro «Competing for the Future», también. Hablan, pero punto final, no dicen «qué» y «cómo» hacer, o sea, como gerenciar la creatividad. La cuestión ya no es la de considerar a la creatividad como una prioridad, sino saber como crear y gerenciar sistemáticamente. Pensar en el «qué» y en el «cómo» hacer me tomó un año y medio escribiendo este libro.

Cuando habla de la creatividad como elemento diferenciador de empresas, ¿significa que los viejos métodos de contabilidad para evaluar su valor pasaron de moda?

Vamos por partes. Los principios de contabilidad son como un lenguaje. Por definición, un lenguaje siempre es válido para comunicarnos con los demás. El problema es que el lenguaje contable comienza a sentir la falta de mucho vocabulario. El problema de los principios contables, basados en activos tangibles, es que se basan en el lenguaje económico tradicional, que proviene de una concepción mecanicista del valor. Ahora, esto está hoy definitivamente puesto en duda. El economista Paul Romer, de la Universidad de Berkeley, defiende que el valor económico proviene del poder de las ideas y de la innovación. En la era del conocimiento, el valor ya no puede ser evaluado primordialmente en términos tangibles. En el futuro, el criterio de valoración de empresas en Wall Street tendrá como base el «benchmarking» de su capacidad de innovación y de los talentos. Pero, estamos dando los primeros pasos.

¿Cómo es que la actual revolución informedia favorece esa nueva era de la creatividad?

Hay, sin duda, una enorme relación entre los dos hechos. Mi libro está en la intersección de tres ejes: la organización de la creatividad, la gestión del saber y el impacto de las nuevas tecnologías. Los dos últimos facilitan el primero.

¿Cree que Internet y las intranets son el ambiente ideal para el jamming?

¡Sin ninguna duda! ¡Ellas son la cultura del jamming típica! Son el medio para compartir diferentes perspectivas y para la improvisación y colaboración creativa de la que hablo en el libro. En cierto sentido, pienso que la empresa del futuro se transformará en un club de jazz.

¿Por qué aconseja a los gerentes que le den primacía al diseño?

El diseño es algo establecido en arquitectura, en los productos, en la gráfica. Falta entenderlo en los negocios. El problema es que hay muchas disfunciones entre los gerentes y los diseñadores. Muchos empresarios juzgan que el diseño tiene que ver con la cosmética. ¿No hablamos de diseño de las organizaciones, de diseño de las intranets, de diseño de una cultura de colaboración? Entonces, el líder de empresa tiene, también, que verse como un diseñador.

El hombre de los siete instrumentos

Filósofo de formación, John Kao, es especialista en psiquiatría, formado en las facultades de Yale y Harvard; se transformó en un gurú de la creatividad en gestión en la Harvard Business School; creó varias «start up» en nuevas tecnologías; es productor de cine; activista de la red de chinos de la diáspora; y es músico en los ratos de ocio, una pasión que le viene de la juventud.
A pesar de las risas de algunos colegas, lanzó, en 1982, el curso «Entrepreneurship, Creatividad y Organizaciones», en la Harvard Business School (HBS). Después de 14 años, este programa de MBA y de Cursos Avanzados de Gestión ya involucra a más de 2 mil alumnos por año. Kao dirige también el programa para ejecutivos sobre Creatividad empresarial, en la HBS; el programa de Gestión de la Innovación, en la Universidad de Standford; y dio clases en el primer semestre de este año en el Media Lab del Massachusetts Institute of Technology.
Kao es, también, miembro de la Global Business Network y del World Economic Forum. En este organismo internacional creó, el año pasado, la empresa de videoconferencia «Advanced Video Communications», responsable de Welcom (World Electronic Community Videoconferencing System).

Entre las pequeñas empresas de base tecnológica que creó, o ayudó a crear, se cuentan dos en el área de la salud en sectores de punta: Genzyme Tissue Repair (reparación de tejidos humanos) y K.O. Technology (diagonóstico avanzado y terapia en cancer); y otra en el campo de la producción de películas: Pacific Artists (especializada en formación, «software» multimédia y redes).
De descendencia china, Kao se involucró en los últimos tres años en un megaestudio sobre la red de la diáspora china, que presentó en la Harvard Business Review. Recientemente, fue orador principal en el 1º Congreso Mundial de Empresarios Chinos, realizado en Singapur.
Como escritor de gestión, se destaca, antes de «Jamming», lanzado en 1996, la triología: «Managing Creativity, The Entreperneur e The Entrepreneurial Organization».

En el cine, fue productor ejecutivo del film premiado por Cannes «Sexo, Mentiras y Vídeo», y ahora prepara un documental sobre el libro «Jamming».

  • Fecha de publicación en Neuronilla: 10 / 02 / 2010
  • Extraído de: Janelanaweb.com

 

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