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Gestión de la innovación tecnológica en el mundo empresarial del S.XXI – Neysi Ileana León Pupo

Autora: Neysi Ileana León Pupo

Fecha de publicación en Neuronilla: 12 / 04 / 08

Introducción

En la actualidad la sociedad se mueve a una velocidad impresionante. Todos los días aparecen nuevos productos en el mercado que sustituyen a los ya existentes. La moda, lo novedoso y las producciones en general tienen, en su mayoría, un ciclo de vida fugaz. Los mercados se tornan muy competitivos y para poder insertarse en ellos es necesaria la constante renovación. Los cambios tecnológicos ocurren tan rápido que no se ha terminado la asimilación de la última tecnología y ya aparece una nueva.

La búsqueda de la competitividad de las producciones es una tarea de primer orden para la dirección empresarial. En muchos países se hace más difícil llevar a cabo esta tarea porque la situación de escasez de recursos materiales y financieros impide realizar un proceso acelerado de reconversión industrial. En estas condiciones es necesario llevar adelante un proceso de innovación tecnológica a partir de los recursos y el equipamiento existente, mediante la aplicación de la Ciencia y la Tecnología. El desarrollo de la mentalidad innovadora constituye un aspecto fundamental para el sistema empresarial, así a partir del planteamiento de una estrategia de Ciencia e Innovación Tecnológica se debe lograr un adecuado nivel de gestión de tecnología que posibilite la adquisición e incorporación de nuevos conocimientos científico-tecnológicos a la actividad productiva de las empresas, con el objetivo de mantener e incrementar sus niveles de competitividad y eficiencia con los estándares internacionales de calidad.

Los Sistemas de Innovación persiguen como fin la generación de nuevos o mejorados productos, procesos y servicios, procedimientos y métodos de dirección, nuevos conceptos y elaboraciones teóricas relacionadas con la esfera social, entre otras. Todo ello amparado por un grupo de acciones que van desde la generación y acumulación de conocimientos hasta la producción de bienes y servicios con su posterior comercialización, abarcando las investigaciones básicas y aplicadas así como los trabajos de desarrollo tecnológico y la protección legal de los resultados.

Algunas definiciones

La enciclopedia Encarta 2004 define: Innovación, acción y efecto de innovar (Mudar o alterar algo, introduciendo novedades) o en una segunda acepción como la creación o modificación de un producto y su introducción en un mercado. El término proviene del latín innovatio.

Tecnología, término general que se aplica al proceso a través del cual los seres humanos diseñan herramientas y máquinas para incrementar su control y su comprensión del entorno material. El término proviene de las palabras griegas tecné, que significa “arte” u “oficio”, y logos, “conocimiento” o “ciencia”, área de estudio; por tanto, la tecnología es el estudio o ciencia de los oficios.

Saénz la define como “el conjunto de conocimientos científicos y empíricos, habilidades experiencias y organización requeridos para producir, distribuir y utilizar bienes y servicios”.

Es por tanto la innovación tecnológica una acción donde se introducen nuevos conocimientos y equipos que permiten la creación de un nuevo producto o proceso y su inserción en el mercado para satisfacer una necesidad.

Escorsa y Valls, en el libro Tecnología e innovación en la empresa. Dirección y gestión. hacen, una recopilación acerca de diversos criterios acerca de la innovación tecnológica.

Schumpeter, economista austriaco fue el primero en destacar la importancia de los fenómenos tecnológicos en el crecimiento económico. En 1934 definió la innovación en un sentido general. Según su criterio abarcaría los 5 casos siguientes:

  1. La introducción en el mercado de un nuevo bien.
  2. La introducción de un nuevo método de producción o una nueva forma de tratar comercialmente un nuevo producto.
  3. La apertura de un nuevo mercado en un país.
  4. La conquista de una nueva fuente de suministro de materias primas o de productos semielaborados.
  5. La implantación de una nueva estructura en el mercado.

El francés André Piatier la define como “una idea transformada en algo vendido o usado”.

El americano Sherman Gee afirma que “es el proceso en el cual a partir de una idea, invención o reconocimiento de una necesidad se desarrolla un producto, técnica o servicio útil hasta que sea comercialmente aceptado”.

Pavón y Godman la definen como “el conjunto de actividades inscritas en un determinado período de tiempo y lugar, que conducen a la introducción con éxito en el mercado, por primera vez, de una idea en forma de nuevos o mejores productos, servicios o técnicas de gestión y organización”.

Todas estas definiciones, algunas muy simples y otras más complejas, giran alrededor de una idea central y es el hecho que una innovación no es solo algo novedoso, sino además que puede satisfacer una necesidad.

Porter, citado por Escorsa y Valls dice: “La competitividad de una nación depende de la capacidad de su industria para innovar y mejorar. Las empresas consiguen ventajas competitivas mediante innovaciones”.

Christopher Freeman insiste en que un intento de innovación fracasa cuando no consigue una posición en el mercado y/o un beneficio, aunque el producto o proceso funcione en un sentido técnico. Decir que los nuevos productos deben tener éxito (innovación), es prácticamente decir que han de ser competitivos.

El nuevo producto o proceso proporciona una utilidad social real o sentida, ya que permitirá a la sociedad lograr mejoras tales como, por ejemplo, más comodidad, confortabilidad, seguridad, energía, calidad o estética.

El manual de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) afirma que las innovaciones tecnológicas hacen referencia tanto a los productos como a los procesos, así como a las modificaciones tecnológicas que se llevan a término en ellos.

Sáenz (1999) señala que la innovación es una combinación de necesidades sociales y de demandas de mercado con los medios científicos y tecnológicos para satisfacerlas.

David Sánchez Hernández, en su conferencia “Gestión del conocimiento y papel de la Universidad en el proceso innovador” en el año 2001 plantea sobre la innovación: “viendo lo que todo el mundo ve, leyendo lo que todo el mundo lee, oyendo lo que todo el mundo oye, innovar es realizar lo que nadie ha imaginado todavía”.

En este concepto aparentemente muy sencillo están reflejados un grupo de aspectos de la innovación fuera de su uso comercial antes destacado y es el hecho de que están presente en ella elementos característicos como la capacidad de anticiparse a los cambios del entorno y encontrar nuevos atractivos para el mercado, la creatividad para encontrar soluciones originales a problemas comunes de la competencia y marcar una diferencia. Analizando los conceptos expuestos se destacan entonces dos elementos fundamentales en la innovación la originalidad de las soluciones y su uso comercial. Elementos estos que se encuentran indisolublemente ligados, una idea creativa que no ofrezca utilidad a los clientes es pérdida de recursos y tiempo.

Esto nos da la medida de que no solo la tecnología interviene en el proceso de la innovación, sino también las actividades científicas diversas, las cuestiones de tipo organizativo, las consideraciones financieras y las consideraciones comerciales.

Actividades de investigación y desarrollo (I+D)

Lo antes expuesto da la medida de que las actividades de innovación no son solo llevadas a cabo por la I+D, sino que tiene un carácter integral e involucran un gran número de factores. Ya Sumpeter (1934) hace referencia a tres fases fundamentales dentro del cambio técnico, que demuestran el papel integral de la innovación: primer desarrollo o invención del nuevo producto o proceso, aplicación comercial de este nuevo producto o proceso generado (innovación) y difusión o asimilación de empresas u organizaciones que no se encuentran directamente relacionadas con la innovación.

Las actividades que tienen que ver específicamente con acciones (I+D) han sido estudiadas de manera separada en el proceso innovador y se les ha dado un tratamiento especial por la importancia que revisten. Estas actividades de investigación han sido definidas por varios autores. Haciendo un resumen de lo planteado por Castro Díaz- Balart (2001) y Escorsa y Valls se puede decir que se desglosan en tres grupos fundamentales: investigación básica o fundamental, investigación aplicada y desarrollo tecnológico.

La investigación básica comprende todos aquellos trabajos originales que tienen como objetivo adquirir conocimientos científicos. Dentro de este tipo de trabajo se analiza propiedades, estructuras y relaciones y su objetivo consiste en formular hipótesis, teorías y leyes, obteniendo nuevos conocimientos. Los resultados se publican en revistas bastante especializadas, no pretenden lograr ningún objetivo lucrativo en concreto, y se obtienen patentas en aquellas que por su alto valor de conocimiento sea de gran utilidad proteger tempranamente. Dentro de este tipo de investigaciones podemos encontrar, las leyes formuladas por Einstein acerca de la energía que liberan los cuerpos y su famosa ecuación E=m*C2. Así la comunidad científica internacional reconoce este tipo de resultados como “descubrimiento”.

La investigación aplicada consiste en trabajos originales que tiene como objetivo adquirir conocimientos científicos nuevos pero orientados a un objetivo práctico determinado. Está muy ligada a la investigación básica a causa de que utiliza posibles resultados de la misma y estudia métodos y medios nuevos para lograr un objetivo concreto. Los resultados que se obtienen son los productos determinados, una gama de productos nuevos, etc. Los resultados son susceptibles de ser patentados. En esta fase se trata de obtener una primera muestra del material, aparato o mecanismos. Si realmente cumple todas las propiedades esperadas estaremos ante una “invención” o invento. Se procederá a registrar la patente y preparar la producción a escala industrial. Siguiendo el ejemplo ilustrado podemos decir que en esta categoría se encuentra la creación de la bomba atómica.

El desarrollo tecnológico experimental es la continuación del proceso hasta el lanzamiento del producto al mercado. Abarca la utilización de distintos conocimientos científicos para la producción de materiales, dispositivos, procedimientos y sistemas, entre otros Se experimenta el método de fabricación adecuado para poder producir el invento en grandes cantidades y con fiabilidad absoluta, garantizando las propiedades logradas en la etapa previa de investigación aplicada. En esta fase se debe disponer de una planta piloto o de un prototipo que le permita producir, como prueba, el producto tal como se quiere lanzar al mercado y lograr lo que se ha dado en llamar la serie cero. De esta forma se consigue disponer de un conjunto de conocimientos que le permitan “saber como se hace” (know-how). Cuando esto se logra se dispone ya de la tecnología necesaria para la fabricación del producto.

Si se considera que es eficaz y viable se hacen las inversiones necesarias para producir en grandes series y vender al mercado, y es en ese momento y no antes en que el nuevo producto o proceso será considerado una “innovación”. Aunque las invenciones son patentadas con frecuencia no conducen necesariamente a innovaciones. Muchas no lo hacen, no es factible su producción a gran escala, no se llegan a comercializar o no tienen éxito en su introducción en el mercado.

De hecho la invención no es sino la producción de un nuevo conocimiento, mientras que la innovación es la primera comercialización de un invento. El agente de la invención es el científico o el técnico, mientras que el de la innovación es el empresario. Analizando las distintas actividades de I+D podemos apreciar que están estrechamente relacionadas una con otra. Así los descubrimientos pueden dar origen a invenciones y estas a su vez convertirse en innovaciones, por otra parte las innovaciones pueden servir de soporte tecnológico para la generación de nuevos descubrimientos y esta interrelación se puede volver más compleja. En la actualidad la constante generación de conocimientos y el desarrollo acelerado de la ciencia y la tecnología, hace que se torne difícil establecer fronteras y que mayoritariamente el deseo de la innovación motive la invención.

Es oportuno señalar, tal como plantea Sáenz, que a las innovaciones se accede no solo a partir de la aplicación del método científico a través de la investigación aplicada sino que existen otras formas de creación vinculadas con la práctica, la intuición, la experiencia y los procesos de diseño e ingeniería que forman parte del entorno empresarial. Esto no quiere decir que no se realicen investigaciones propias, si se quiere llegar a la cima, ser el primero es imprescindible mantener en equilibrio el acceso por otras vías a la innovación y la investigación. Al respecto Pavitt (citado por Escorsa&Valls) sentencia” la habilidad de un país en asimilar la tecnología extranjera está asociada estrechamente con el volumen de las actividades tecnológicas y de inversión indígenas”.

En este punto es importante diferenciar entre I+D creativa, que pretende poner en marcha nuevos productos o procesos y la I+D de asimilación que pretende absorber los conocimientos y resultados de investigación extranjera. La conjugación de estas dos actividades puede dar como resultado innovaciones adaptadas al contexto territorial de una nación, sector o entidad.

Tipos de innovación

Según se ha podido constatar la innovación tiene un alcance muy amplio y puede ir desde la creación de la fibra óptica hasta el cambio en la presentación de un producto. Es evidente que todas las innovaciones no tiene el mismo grado de importancia e impacto en el desarrollo. Muchos autores se han dado a la tarea de clasificar las distintas innovaciones. En una primera aproximación y de una manera general y sencilla podemos decir que las mismas pueden ser de producto o de proceso. Como su propio nombre lo indica, las de producto son dirigidas principalmente a la mejora del propio producto o a la generación de nuevos productos a partir de la incorporación de nuevos avances tecnológicos, que le sean de aplicación. Por su parte las innovaciones de proceso, consisten en la introducción de nuevos procesos de producción o la modificación de los existentes mediante la incorporación de nuevas tecnologías (Castro, 2001).

Escorsa&Valls (1997), Sáenz (1999) y Castro Díaz-Balart (2001) distinguen las innovaciones en básicas o radicales, incrementales o de mejoría y aparece una tercera clasificación referenciada por Sáenz las innovaciones menores.

Innovaciones básicas son aquellas que abren nuevos mercados, nuevas industrias o campos de actividad. Se refieren a aplicaciones esencialmente nuevas de una tecnología, o combinación original de tecnologías conocidas que dan lugar a productos o procesos completamente nuevos. Innovaciones incrementales o de mejoría son aquellas que producen cambiasen tecnologías existentes para mejorarlas pero sin alterar su característica fundamental. Puede tener dos objetivos diferentes, mejorar productos o procesos con posterioridad a la aplicación original de una innovación básica o permitir la aplicación de una innovación básica hacia otros usos.

Las innovaciones menores son aquellas que aunque tienen un efecto económico o social, no presentan un cambio significativo sobre el nivel tecnológico original, tales como cambio de atributos en el diseño del producto o de la forma de prestar un servicio. Este tipo de innovación no es tratada en toda la literatura y frecuentemente cuando se menciona se le llama pseudo-innovación. En este punto el autor concuerda con Sáenz al no estar de acuerdo en el término pues aunque de menor complejidad que las demás, cumplen con los requisitos de la definición de innovación y en muchos casos requieren de creatividad, investigaciones de producto y de mercado y pueden producir efectos económicos o de otra índole importantes para la organización.

Las innovaciones radicales producen un salto en el desarrollo y generalmente revolucionan uno o varios sectores de acuerdo a su alcance, las innovaciones incrementales a su vez están dirigidas a la optimización de procesos y reducción de costos, mientras que las innovaciones menores pueden estar dirigidas a lograr pequeñas distinciones con respecto a los competidores a corto plazo. La correcta interrelación de estas en una empresa o sector influye en el éxito del desarrollo. Albernathy considera que el progreso tecnológico en un sector está generado por el paso de una innovación radical a un estado de innovaciones incrementales. Los japoneses a su vez defienden la idea de la continua introducción de innovaciones incrementales.

Sin embargo, algunos piensan que en los tiempos actuales, las innovaciones incrementales no van a ser suficientes. Tom Peters, expresa que: “Los tiempos locos requieren empresas locas. Y la mayoría, por no decir todo el valor creado por la empresa, proviene de dos fuentes, la inteligencia y la imaginación… Solo la revolución, o mejor, la revolución perpetua, sirve.

La cuestión consiste en comprimir diez años de cambio, según las medidas de ayer, en un año o menos. Luego, respirar hondo y volver a empezar”(Barnet, 1997 citado por Escorsa&Valls). Este punto de vista tiene mucho que ver con el constante desarrollo tecnológico que ha tenido lugar en las últimas décadas del siglo XX y en los primeros años del presente siglo, donde el ciclo de vida de un producto o tecnología es fugaz y se hace necesario una constante renovación para no perecer en un mercado cada vez más competitivo.

Existen otro grupo de clasificaciones que presentan diferentes enfoques. Por ejemplo Albernathy&Clark en 1985 presentan una clasificación que caracteriza las consecuencias de la innovación sobre la competitividad de la empresa y sus relaciones con el mercado. Se basan principalmente en que algunas innovaciones dejan fuera de competencia, obsoletas a las empresas competidoras, mientras que otras más bien refuerzan el status existente. Así distinguen cuatro grupos fundamentales de innovación: arquitectónicas, creadoras de nichos, revolucionarias y rutinarias.

Las innovaciones arquitectónicas representan un salto tecnológico importante y dan lugar a sectores o subsectores totalmente nuevos y modifican las relaciones con el mercado, pero necesitan de la adquisición de nuevos conocimientos. Las creadoras de nichos a partir de las tecnologías existentes abren nuevas oportunidades de mercado e intensifican la competencia. Por su parte las revolucionarias conservan los mercados existentes intensificando las relaciones con los clientes, haciendo a su vez anticuadas la tecnología y procesos de producción actuales. Las innovaciones rutinarias son las más frecuentes implican cambios que aprovechan las capacidades técnicas y de producción existentes y se dirigen a los mismos clientes, busca reforzar y proteger su situación actual.

Todas estas clasificaciones y otras existentes rejuvenecen los planteamientos de Sumpeter (1934) anteriormente expuestos y aunque van contextualizándolos en épocas y situaciones diferentes conllevan a reafirmar que la innovación es un elemento clave para el logro del éxito y ventajas competitivas. Llegado este punto es importante conocer como se lleva a cabo el proceso de innovación.

Proceso de innovación

La innovación es un proceso, por tanto presenta entradas, trasformaciones y salidas. Para describir o estudiar el proceso que tiene lugar hasta llevar una invención al mercado se han aportado varios modelos por disímiles autores que permiten entender el camino seguido y las fases que intervienen en el mismo. El acelerado desarrollo científico-técnico y social hace que se torne muy complejo para mundo empresarial lograr ventajas competitivas en los mercados y es la innovación un medio mediante el cual las empresas tratan de adaptarse a las incertidumbres en la evolución del entorno (Kodama 1992, citado por Castro Díaz-Balart).

Esto hace que la conceptualización de los modelos de innovación haya transitado por diferentes cambios y enfoques. Así se han identificado varias generaciones de modelos. En algunas literaturas aparecen referenciados tres y en otras aparecen los estudios de Rothwell (1994) quien los agrupó en lo que se denominan los cinco modelos o generaciones del proceso de innovación. Siendo esta clasificación una de las más completas.

  • Primera generación: Empujada por la tecnología (technology-Push)

Este modelo fue predominante entre los años 1950-1965. Su principal característica es la linealidad que asume con un escalonamiento progresivo desde el descubrimiento científico, principal impulsor de la innovación, hasta la investigación aplicada, el desarrollo tecnológico y la fabricación. No es un modelo que explique con veracidad la realidad, por lo que ha sido objeto de múltiples críticas. Su planteamiento presupone que el proceso debe empezar por la investigación aplicada y el mercado es solo el lugar donde se van a incorporar los resultados obtenidos. Sin embargo no necesariamente este es el camino que conduce a la innovación. No obstante en su momento significó una primera aproximación al fenómeno descrito y proporcionó un vocabulario para nombrar y precisar los pasos que llevan a una innovación.

Entre las condiciones que propician la transición hacia una segunda generación, se pueden señalar los cambios originados en el mercado mundial donde la oferta comienza a exceder la demanda y, como consecuencia, nuevas estructuras de poder en cuanto a la relación que establecen organizaciones y consumidores, paralelamente a importantes avances en la revolución científico técnica.

  • Segunda generación: Halada por el mercado (Market-Pull)

La segunda década de los sesenta se caracterizó por la reconsideración sobre el papel del mercado en el proceso innovador, lo que generó la necesidad de un nuevo modelo, también lineal, cuya principal característica, según afirma Castro (2001), es el reconocimiento de que las innovaciones se derivan básicamente de las necesidades de los consumidores. Los mercados eran vistos como la principal fuente de ideas para desencadenar el proceso de innovación y el empresario acudía después al stok de conocimientos para tratar de satisfacer las necesidades de los consumidores. Este modelo, aunque explicó de una manera más real la innovación en su época y valoró el poder que tiene el mercado para impulsarla, continuó siendo insuficiente y sus principales limitaciones están enmarcadas en dos elementos fundamentales; la naturaleza del proceso innovador sigue siendo explicada a través de un análisis que no refleja su complejidad; así como, una posición absoluta en cuanto a la fuerza que lo impulsan.

  • Tercera generación: Modelo Mixto

Diversos estudios realizados por Myers y Marquis (1969), Rothwell (1977) y Cooper (1979), muestran que los modelos lineales para gestionar la innovación son en exceso simplificados constituyendo a su vez ejemplo atípicos de lo que en realidad constituye un proceso más complejo donde interviene la tecnología, el mercado y la capacidad innovadora interna de las organizaciones. Este proceso es modelado por Kline y Rosenberg (1985) representando una secuencia lógica, no necesariamente continua, que puede ser dividida en series funcionalmente distintas pero con etapas interdependientes e interactivas. (Castro, 2001). Según el análisis realizado en la literatura, el modelo más complejo es adjudicado a Kline, como su principal exponente.

Este modelo cobra vigencia entre la segunda mitad de los años setenta y los primeros de la década del ochenta, representa una compleja red de canales de comunicación, intra y extra organizativos, que unen las diferentes fases del proceso entre sí y con el mercado, y el conjunto de la comunidad científica. Los principales aportes de esta nueva generación se resumen a partir de la consideración de que el camino central de la innovación responde a las necesidades del mercado, la existencia de diversos momentos de retroalimentación durante el proceso, que permite la creación de nuevos valores a lo largo del ciclo de innovación y como contribución de gran relevancia es la inclusión de la relación entre la ciencia y la tecnología en todas las partes del modelo. Esacorsa & Valls (1997) y Castro (2001) respectivamente destacan que la innovación a partir del análisis realizado por Kline, es una manera de encontrar y solucionar problemas, no como algo totalmente nuevo, como se expresa en los modelos de naturaleza lineal.

  • Cuarta generación: Modelo integrado

Aunque el modelo mixto incorpora procesos retroactivos de comunicación, esencialmente es un modelo secuencial. A partir de la segunda mitad de la década de los ochenta se comienza a considerar que las fases de la innovación, sobre todo desde el punto de vista operativo o de gestión, deben ser consideradas mediante procesos no secuenciales, es decir de procesos solapados o incluso simultáneos o concurrentes como consecuencia de la necesidad de acortar el tiempo de desarrollo del producto para introducirlo al mercado.

Este modelo persigue una mayor integración de las fases del proceso de innovación, lo que implica un elevado nivel de coordinación y control. Se sustenta sobre los criterios planteados por la ingeniería simultánea o concurrente; integración interna con el desarrollo de una estructura participativa en todos los departamentos y la integración externa, con la colaboración de proveedores para conseguir la reducción del costo.

  • Quinta generación: Modelo en red

En 1994 Rothwell señala que el modelo de fin de siglo para la innovación será el de la integración de sistemas en el que el proceso innovador se convierte en un proceso de redes y mallas de cooperación (Fig.5). Muchos autores (Haklisch, Fusfeld (1987), Hagedoorn (1990), Dogson (1994) destacaron que en la segunda mitad de la década del ochenta se incrementó de forma importante el número de alianzas estratégicas de carácter horizontal, basadas en la colaboración interempresarial para el desarrollo de la innovación. Un aspecto importante que a juicio del autor contribuyó a la necesidad de un cambio en la concepción de la innovación está dado por una tendencia, señalada por Klein (1999), que cobró auge a mediados de los años 80, defendida por varios teóricos de la gestión de empresas: las empresa de éxito deben producir ante todo marcas y no productos.

Esto propició que las relaciones de carácter vertical con los proveedores hayan llegado a alcanzar un carácter estratégico al lograr que las pequeñas y medianas empresas establecieran una amplia variedad de relaciones con las grandes empresas en los procesos de innovación. Así han surgido nuevas fórmulas como el llamado “truco asiático” del Keiretsu (palabra japonesa que significa una red de empresas relacionadas entre si). Las grandes marcas asiáticas evocan la calidad, precio e innovación, pero no en un producto específico sino en un conjunto de valores tal como se expone en la revista Business Magazine World (1997). (Citado por Klein). Diversos estudios realizados demuestran que el modelo en red exige total apoyo por parte de la alta dirección, adoptar estilos de dirección horizontal delegando mayor nivel de decisión y de control de los trabajadores, una alta preparación del capital humano, creación de grupos multidisciplinarios, sistemas que permitan compartir una eficiente información interna y externa, así como involucramiento de clientes especializados en el proceso.

Si se realiza un resumen de las cinco generaciones de modelos por las que ha transitado la innovación podemos decir que el modelo mixto se convirtió en un punto de giro en la concepción de la innovación y aunque mantenía un enfoque primordialmente lineal dio una visión de la multidimensionalidad del proceso innovador. Los modelos solapado y en red tienen en cuenta un nuevo grupo de factores presentes en los procesos innovativos tales como la competitividad, la integración interdepartamental e interempresarial, la competencia del personal, el liderazgo, las estructuras participativas, los estilos de dirección horizontales y la inclusión de clientes especializados, elementos estos que delimitan un amplio campo de investigación para el análisis del proceso de innovación.

Sistemas de Innovación Tecnológica

La gran complejidad de los procesos innovativos, y los disímiles factores que intervienen en el mismo, enmarcados en cambios sociales, económicos y medio ambientales que se han suscitado a escala mundial, ha dado lugar a que un creciente número de países haya extendido la noción del tradicional Sistema de Ciencia y Tecnología hacia la conceptualización de nuevos sistemas que no sólo comprenden el alcance de los anteriores, sino que amplían sus fronteras y campo de acción a otros entornos y actores de la vida económica y social, cuya participación explícita hace más efectivo el proceso de innovación. Estos nuevos enfoques han traído consigo la introducción de la denominación, en numerosos países, de Sistema Nacional de Innovación (SNI). (Escobar 2000)

Lundvall (1992), fue uno de los primeros en emplear el término SNI y lo plasma en un libro, que edita al respecto. En el mismo hace un análisis y plantea que la idea se remonta a 1841 cuando Friederich List introdujo el concepto de “Sistema Nacional de Economía Política” , el cual en su interpretación actual bien pudiera ser SIN. La Reunión Regional de Consulta de América Latina y el Caribe previa a la Conferencia Mundial sobre la Ciencia (1999) en la Declaración de Santo Domingo, reconoció que el conocimiento por sí mismo no transforma las economías o la sociedad, sino que puede hacerlo en el marco de sistemas sociales/nacionales de ciencia, tecnología e innovación, que posibiliten su incorporación al sector productor de bienes y servicios.

En ese evento también se declaró que: “Los sistemas sociales/nacionales de ciencia, tecnología e innovación constituyen redes de instituciones, recursos, interacciones y relaciones, mecanismos e instrumentos de política, y actividades científicas y tecnológicas que promueven, articulan y materializan los procesos de innovación y difusión tecnológica en la sociedad (generación, importación, adaptación y difusión de tecnologías)”. Un Sistema Nacional de Innovación cubre un amplio espacio que va desde la generación y acumulación de conocimientos hasta la producción de bienes y servicios y su comercialización.

La especialista venezolana Carlota Pérez plantea, en cuanto a los sistemas de innovación: “En su sentido más amplio, un Sistema Nacional de Innovación abarca todo lo que afecta la innovatividad en un espacio nacional. Incluye, por supuesto, todo el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, pero también todos los otros elementos –legales, institucionales, actitudinales, etc.– que influyen sobre la facilidad o la dificultad para introducir el cambio técnico en las unidades productivas…, el punto focal de un SNI es la firma y sus interacciones… entendiendo por innovaciones, …tanto las grandes como las pequeñas; los productos, los procesos o los sistemas; las radicales o las incrementales; las técnicas o las organizativas”.

Por su parte Castro (2001) enfatiza que un SNI abarca desde las investigaciones básicas, aplicadas, los trabajos de desarrollo tecnológico, la protección legal de los resultados, las acciones de desarrollo asociadas a los estudios de carácter social, las diversas actividades de interfase, los servicios científico-técnicos conexos, la transferencia vertical u horizontal de conocimientos y tecnologías, la actividad de mercadotecnia, hasta el empleo de modernas técnicas gerenciales. Muchos autores coinciden en que el SNI es un sistema social o sociosistema, ya que involucra la interacción entre las personas en la actividad de obtener conocimientos y, sobre todo, de aplicarlos con éxito. También es un sistema dinámico caracterizado por la retroalimentación positiva y la reproducción. Los nuevos enfoques de innovación tratan de contextualizar la política científica para que sirva a los intereses de la nación y ayude a generar riqueza y bienestar. (Escobar 2000).

Los SNI son sistemas abiertos y heterogéneos. Los procesos de innovación traspasan las fronteras nacionales y algunas veces tienen un carácter más local que regional. Los SIN presentan variación de un país a otro. Nelson (1993), realiza un estudio comparativo entre más de una docena de SNI donde constata que existen grandes diferencias entre países vecinos que a primera vista parecen muy similares en muchos aspectos. Porter (1990) señala que las diferencias en estructuras económicas, culturas, instituciones e historias nacionales contribuyen al éxito competitivo. El objetivo general de los Sistemas Nacionales de Innovación es el desarrollo sostenible y equitativo, dentro de una estrategia que combina la territorialidad de la nación y sus regiones con las posibilidades que brinda el concierto internacional, centrando, más que nunca, el éxito del fenómeno innovativo en el quehacer de la empresa productora de bienes y servicios. (Escobar 2000). Castro (2001) señala que en el ámbito del país el SIN abarca los siguientes niveles: macroinstitucional, mesosectorial, regional o local y microempresarial .

El sistema Macroinstitucional abarca las instituciones de apoyo al sistema total. El sistema Mesosectorial abarca la industria o sector conformado por empresas que compiten con productos similares y homogéneos. En el sistema Regional o Local intervienen un grupo de factores que están condicionados con las características específicas de cada lugar. Abarca, según señala Fernández (2002), un espacio natural de identidad en lo cultural y de operación y relación en lo socioeconómico más homogéneo, y en el que la innovación puede encontrar su mejor medio de cultivo. El sistema Microempresarial está formado por las empresas o conglomerados donde se definen las estrategias y tácticas corporativas relacionadas con la innovación y la competitividad. La empresa es el agente más activo e importante que realiza la innovación tecnológica y se nutre de las universidades y centros de investigación para su desarrollo.

Gestión de la innovación y la tecnología

En este contexto nace la necesidad de gestionar la innovación y la tecnología y no dejarlas como procesos espontáneos. Generalmente aunque se han tratado de separar ambas expresiones se utilizan indistintamente, ya que sus fronteras no están perfectamente delimitadas y se intenta reunir bajo una sola denominación todos los temas referentes a la optimización del uso de la tecnología en la empresa. (Escorsa & Valls, 2000) La integración de la gestión tecnológica y su carácter estratégico ha sido resaltada por Pavón e Hidalgo (1997 como el proceso orientado a organizar y dirigir los recursos disponibles tanto humanos como técnicos y económicos con el objetivo de aumentar la creación de nuevos conocimientos, generar ideas que permitan obtener nuevos productos, procesos y servicios o mejorar los existentes y transferir esas mismas ideas a las fases de fabricación y comercialización.

Ävalos (1993) plantea como funciones de la gestión tecnológica la identificación, evaluación y selección de la tecnología, la desagregación de paquetes tecnológicos, la negociación de la tecnología, la construcción y puesta en marcha de plantas industriales, el uso y asimilación de la tecnología y la generación y comercialización de nuevas tecnologías. (Citado por Castro, 2001). Estas funciones intentan recorrer todas las etapas por las que atraviesa la innovación tecnológica. Muchos autores han conceptualizado las funciones que se incluyen en la gestión de la innovación y la tecnología, aunque existen pequeñas diferencias se pueden distinguir las siguientes áreas de actuación:

  • Análisis e inventario de la capacidad tecnológica
  • Evaluación y planificación de estrategias.
  • Optimización del uso de la tecnología.
  • Mejora de la capacidad tecnológica.
  • Protección de los derechos de propiedad industrial e intelectual
  • Vigilancia tecnológica.

La innovación no es un proceso irregular, fruto de una idea feliz, en un momento de inspiración. Las empresas de éxito intentan sistematizarla, asegurándose un flujo bastante regular de innovaciones. Los trabajos de innovación son muy distintos de las tareas ordinarias de la empresa que presentan una cierta rutina, por ello es conveniente destinar a la preparación del mañana, recursos humanos y financieros específicos.

Protección de los resultados de innovación

Una mención aparte dentro de la gestión de la innovación, lo tiene la necesidad de proteger los productos o de tener la propiedad sobre los procesos e innovaciones, para conservar o mejorar la posición competitiva. Las protecciones aparecen en el mundo económico como un incentivo para la innovación. Sin la protección que ofrece la patente ninguna empresa estaría dispuesta a efectuar los grandes gastos necesarios para desarrollar una innovación, sabiendo que esta puede ser copiada inmediatamente. (Escorsa & Valls, 2000) Las invenciones pueden protegerse por diferentes vías entre las que se encuentran las patentes, y otras formas de protección industrial e intelectual que juegan un papel decisivo, en el crecimiento y la competitividad. (CEIM, 2000)

Las patentes constituyen un activo intangible de la empresa, su valoración se hace muy difícil y en ocasiones las cifras son astronómicas. Por ejemplo en el año 1988 Philip Morris compró “Kraft” por 12 600 millones de dólares, seis veces más que el valor teórico de la empresa y su diferencia estriba en el valor de la palabra “Kraft”, una marca registrada y de renombre, propiedad de la empresa. (Klein, 1999)

Las formas de protección son habitualmente separadas en dos modalidades generales: Propiedad Industrial y Propiedad Intelectual. La Propiedad Industrial incluye las patentes, modelos de utilidad, signos distintivos (marcas, rótulos de establecimientos, nombres comerciales) y Modelos y dibujos industriales. Por su parte la Propiedad Intelectual incluye creaciones literarias, artísticas, musicales, etc. y programas de ordenador (software, multimedias). Estas formas de protección tiene carácter territorial, así es necesario para su distribución en el mundo el registro en los países donde se vallan a explotar. En el caso de las patentes son requisitos esenciales para su otorgamiento, la novedad, la actividad inventiva y la aplicabilidad industrial. Por otra parte es oportuno señalar que sus derechos exclusivos presentan un tiempo de vida limitado (aproximadamente 20 años), partir de los cuales la información tecnológica pasa a dominio público, con lo cual la sociedad se beneficia gratuitamente de la difusión de la invención.(Zaldívar & Cortina, 1999)

La Organización Mundial de la Propiedad Industrial (OMPI) es una organización internacional dedicada a fomentar el uso y la protección de las obras del intelecto humano. En su sitio web oficial plantea que: Dichas obras, amplían las fronteras de la ciencia y la tecnología y enriquecen el mundo de la literatura y de las artes. A partir del año 1978, se creo el Tratado de Cooperación de Patentes (TCP), que como su nombre lo indica es un acuerdo de cooperación internacional en el campo de las patentes. Tiene varios objetivos principales entre los que se encuentran simplificar y hacer más económico el procedimiento para solicitar en varios países la protección por patente para las invenciones y facilitar y acelerar el proceso de las industrias y de los demás sectores interesados a la formación técnica relacionada con las invenciones, y ayudar a los países en desarrollo a acceder a la tecnología. (OMPI, 2005)

La autora es Profesora Universidad de Holguín, Cuba.

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