Neurocientífico. Investigador de la Universidad de California y divulgador, es uno de los mayores expertos mundiales en las neuronas espejo. El italiano Marco Iacoboni ha conseguido fotografiar por primera vez su mayor objeto de deseo: una neurona espejo humana.
«La empatía y la violencia se deben a las mismas neuronas»
Desde su laboratorio en la Universidad de California en Los Ángeles estudia cómo estas células regulan la imitación, el aprendizaje y la empatía. También es un activo divulgador. Su libro Las neuronas espejo (Katz) se ha publicado recientemente en España, donde está de visita para explicar sus hallazgos que, para él, significan una revolución capaz de mejorar el tratamiento del autismo y hasta conseguir una sociedad con más empatía.
¿Qué están haciendo nuestras neuronas espejo ahora mismo?
Mientras le miro, mis neuronas espejo que controlan las expresiones faciales están activándose a pesar de que mi expresión no cambie. Estas células controlan el movimiento de la cara o la mano, pero también un grupo especial se enciende cuando veo a otras personas realizar esas acciones. Esto supone una revolución sobre lo que sabíamos del cerebro. Antes pensábamos que había partes del cerebro que controlaban los músculos, otras que ven, otras que procesan sonidos, y todas repartidas en pequeños departamentos. Ahora sabemos que las neuronas que se encienden cuando cojo una taza de té o cuando le veo a usted cogerla son las mismas. Entienden inmediatamente lo que está haciendo porque imitan en mi cabeza lo que hace.
¿Cómo pasan de la imitación a la empatía o el lenguaje?
«Los científicos tapan su confusión con jerga; si lo entiendes bien, lo puedes explicar hasta a un niño»
Si le veo sonreír, mis neuronas espejo imitan la sonrisa en mi cerebro y mandan señales a los centros emocionales que evocan los sentimientos asociados a la sonrisa. En cuanto al lenguaje, las neuronas espejo se descubrieron por primera vez en una parte del cerebro de un mono homóloga al área humana del lenguaje. La idea es que, antes de que los humanos fuesen capaces de comunicarse con palabras, lo hacían con gestos, algo en lo que las neuronas espejo son muy útiles, pues controlan mis manos y también decodifican los movimientos del otro. Crean una paridad entre nosotros. Después, a través de la evolución, las propiedades de estas neuronas derivaron al lenguaje. Ahora sabemos que las áreas de mi cerebro que se activan mientras hablo se encenderán también mientras le escucho.
¿Son nuestras neuronas espejo diferentes de las de los monos?
Averiguar eso es un gran reto. Para estudiar el cerebro a nivel de cada neurona dependemos de estudios con electrodos insertados en el cerebro. Sólo en ocasiones excepcionales se puede hacer, cuando una persona necesita ser intervenida por razones médicas. Eso es lo que estamos haciendo ahora mismo en mi laboratorio. Hemos encontrado diferencias muy interesantes, aunque aún no están publicadas. Le puedo adelantar que estas células están mucho más extendidas en el cerebro humano que en el de los monos y parecen mucho más flexibles. Es posible que la evolución haya hecho que estas neuronas se esparzan por el cerebro humano y que, por eso, estemos tan inclinados hacia lo social.
¿Si estamos diseñados para la empatía, cómo se explica la violencia?
«Queremos estudiar grupos sociales para intentar crear una sociedad más empática»
Desafortunadamente, también se debe a las neuronas espejo. Nos ayudan a imitar. Esto se amplifica cuando hay conflictos, especialmente los étnicos. Puedes no ser un tipo violento, pero si todos los miembros de tu etnia te dicen que hay que exterminar a los rivales, te verás involucrado en una especie de psicología de banda a la que contribuyen las neuronas espejo.
¿Cree que sus descubrimientos pueden enseñar a la gente a entender al otro y no odiarlo?
Sí, esa es una de mis grandes esperanzas. Las neuronas espejo funcionan a un nivel subpersonal, es decir, no somos conscientes de ellas. El ser humano las ha tenido y utilizado durante miles de años sin saber que existían. Ahora lo sabemos, por lo que pasan a un terreno explícito.
¿Ha descubierto alguna conexión nueva con el autismo?
Pensábamos que las personas con autismo, que muchas veces no entienden a los demás o rehuyen comunicarse, no tienen estas neuronas tan activas. Así lo hemos demostrado. Lo mejor es que puedes usar la imitación como una intervención para tratar a estos pacientes y que estos mejoran de la enfermedad. Los estudios más recientes demuestran que cuanto antes comience el tratamiento, mayor es la mejoría.
Algunos expertos dicen que sus estudios sobre el cerebro y la política basados en imágenes por resonancia magnética no son científicos. ¿Qué opina?
Por una parte tienen razón, pues la actividad en una región del cerebro puede estar suscitada por muchas cosas. Por otro lado sabemos que cierta actividad cerebral está relacionada con ciertos estados mentales. Nuestras asunciones se basan en probabilidades. Es probable que sean correctas, pero hay posibilidades de que no sea así. Cualquier herramienta neurocientífica tiene un margen de error. El investigador tiene que conocerlo y estar atento para detectarlo. Pero eso no significa que no puedas inferir nuevas conclusiones sobre el comportamiento complejo usando estas herramientas. ¿Por qué podemos usar la resonancia para estudiar la percepción del color y no para estudiar el pensamiento político?
Habla de las neuronas espejo como una revolución en ciencia. ¿Cree que se las está sobrevalorando?
Las neuronas espejo han cambiado nuestra manera de mirar al cerebro, por lo que ya son una revolución. Puede haber una tendencia, especialmente en los medios de comunicación, a hacer las cosas un poco más dramáticas. ¿Es eso totalmente malo? No lo creo. Simplificar y hacer las historias un poco más dramáticas no es tan malo. Si intentas dar una charla científica a gente común se dormirán en tres minutos. Tienes que captar su atención.
¿Le preocupa que eso exagere la importancia de su trabajo?
Me preocupaba antes. Escribir el libro fue un reto porque estaba más acostumbrado a hablar con mis colegas que con gente corriente. Pero también me iluminó, me ayudó a entender mejor mi trabajo, porque los científicos son muy buenos escondiendo su confusión con jerga científica. Si entiendes bien el mecanismo que estudias, se lo puedes explicar a un niño de cinco años.
¿Cuál será su próxima línea de trabajo?
Queremos estudiar grupos sociales. Cómo es el comportamiento dentro y fuera de ellos. Creemos que hay mucha más actividad de las neuronas espejo dentro de un mismo grupo y queremos saber si eso se puede cambiar para incrementar la empatía entre grupos. A largo plazo, queremos crear una sociedad más empática.
Fecha de publicación en Neuronilla: 3 / 2 / 2010