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Creatividad y discapacidad – Proyecto C.A.S.

Educar la creatividad es un imperativo de nuestro tiempo. Es indiscutible la necesidad de la creatividad para el desarrollo social, para potenciar la participación cada vez más activa de los ciudadanos en el mundo cambiante en que vivimos.

Creatividad y discapacidadPor otra parte la creatividad es importante para el individuo mismo, como expresión del desarrollo de un conjunto de recursos personológicos, la creatividad se constituye en importante motivo de satisfacción, de disfrute, de realización persona.

La persona con alguna discapacidad, muchas veces se ve privada en mayor o menor medida -ya sea por su deficiencia o problema, pero sobre todo por una subvaloración de su persona- de actividades “normales”, como aquellas relacionadas con el arte y la cultura. Por ejemplo, pocas veces encontramos personas en sillas de ruedas, o personas con deficiencia mental, o personas ciegas, en museos o casas de cultura. Tampoco existen suficientes actividades y programas artísticos para este sector. Sin embargo, a través del arte la persona con discapacidad pude ampliar y enriquecer su mundo.

Para aquellas personas que les resulta difícil transmitir sus ideas, expresar sentimientos o entablar relaciones, las actividades artísticas, como la pintura, la danza, la música o la literatura, pueden ofrecer un medio ideal para ello. Por ejemplo, un niño con problemas de lenguaje puede descubrir en la pintura un medio adecuado para transmitir aquello que le es difícil comunicar verbalmente, y por lo tanto, restablecer sus vínculos sociales; a otro niño la danza o la escultura pueden ofrecerle oportunidades equivalentes.

El arte satisface el impulso creativo presente en cada uno de nosotros; el arte, asimismo ayuda a los niños a desarrollarse mental y físicamente. Su confianza aumenta a medida que van experimentando el éxito en el arte. En aquellos niños con problemas físicos, su control motor podrá ir mejorando a medida que manipulen y controlen ciertos materiales, desde amasar la plastilina o el barro, hasta la creación de una pieza de cerámica o de una escultura. Pero según Pauline Tilley: “… no debe pensarse al arte tan sólo como si se tratase de una ayuda para el desarrollo cognitivo y motor, ya que la adquisición de los conocimientos y de las capacidades no constituye un objetivo primordial. En primer lugar, y por encima de cualquier otra consideración, el arte es un acto lúdicro de la imaginación creadora“.

En el trabajo de alguna actividad artística, el niño o una persona adulta, hace algo más que la producción final de un dibujo, o una escultura, reúne diversos elementos de su experiencia para formar un nuevo significado. Por medio de actividades artísticas puede expresar ideas, sentimientos, emociones y también, expresar y fortalecer sus relaciones sociales. Existe una gran satisfacción al poder expresar los sentimientos y emociones en el arte. Incluso los niños pequeños al hacer un garabato, o simplemente al mezclar los colores están experimentando una gran satisfacción. Entonces, ¿por qué pensar que el niño o la persona adulta con alguna discapacidad no podrá también experimentar esta satisfacción?

Hemos comprobado en nuestra experiencia con niños con necesidades especiales, que la creación de espacios recreativos y artísticos, donde se brinda al niño un trato diferente al que hasta ese momento ha recibido -que frecuentemente ha sido de rechazo, de compasión o muchas veces también de sobreprotección, que sólo limitan y bloquean su desenvolvimiento- favorece el desarrollo de sus capacidades creativas y personales, trayendo como consecuencia también, el establecimiento de vínculos sociales más adecuados.

Es de gran importancia que se le dé libertad de expresión a los niños. El niño que se expresa de acuerdo con su nivel, estará más decidido en cuanto a su propio pensamiento y expresará sus ideas a través de sus propios medios. Aquel que sólo se siente seguro imitando puede convertirse en un ser dependiente y llegar a subordinar sus ideas a las de otros, con lo cual estará bloqueando su propio desarrollo creativo. La estructura de evolución de cada niño en el arte se relaciona con sus experiencias y con su desarrollo personal, y no con su edad cronológica. No es posible, entonces, dar indicación precisa sobre el tipo de trabajos que pueden esperarse de los niños con discapacidades. Su desarrollo será igual que el de los niños “normales”, sólo que, en algunos casos, con un desenvolvimiento más lento e incluso algunos no llegarán a etapas que requieren un mayor desarrollo, ya que su evolución está influida por su dificultad mental, problema físico o motor , o de su estabilidad emocional. Sin embargo, algunos niños con discapacidad pueden desarrollar habilidades creativas en mayor medida que quienes no tenemos ninguna discapacidad específica.

Cada niño tiene sus propias experiencias y su propio desarrollo por lo que se ha de considerar como una individualidad. Pero sobre todo, no debemos olvidar que lo que importa no es el producto final, sino el proceso que lleva a él.

El desarrollo de la creatividad en las personas con discapacidad

El tema de la creatividad con relación a la discapacidad ha sido poco tratado por el hecho de considerar a la persona discapacitada desde su discapacidad, dejando de lado su integridad y sus posibilidades personales.

En este sentido L. S. Vygotsky opina: “las cuestiones de la educación de los niños defectuosos pueden ser resueltas sólo como problemas de la pedagogía social… hay que educar no a un niño ciego, sino y ante todo a un niño“.

Vygotsky no pensaba que la alternativa educativa fundamental para los niños con deficiencia fuera su incorporación, sin más, al sistema educativo ordinario, sino una educación basada en la organización especial de sus funciones y en sus características más positivas en vez de sus aspectos más deficitarios.

Difícilmente encontramos espacios recreativos especiales para estos niños, mucho menos espacios encaminados a desarrollar su potencial creativo, donde se les permita expresar libremente sus ideas y emociones. Creemos que esto se debe a que se ha considerado a la creatividad como una cualidad asociada a elementos que parecieran incompatibles con la discapacidad, por ejemplo, los cognitivos. Así, un niño con deficiencia mental, entonces, “no podría hacer una buena pintura o no podría aprenderse de memoria un guión de teatro“, mas existen artistas talentosos como Robert Raushchenberg, etiquetado con disabilidad de aprendizaje o , Yoshinhiro Yacamoto identificado como deficiente mental; las limitaciones sensoriales también se plantean como un obstáculo insuperable, y entonces se diría que “un niño sordo jamás podría crear música o disfrutarla”, cuando es bien sabido que los niños sordos han desarrollado ampliamente otros sentidos que les permite sentir las vibraciones de la música, recordemos a Beethoven al final de su vida. Y en cuanto a limitaciones graves del desarrollo psíquico, como el autismo, baste recordar el caso de Hikari Oé, el compoistor de piano, hijo del premio Nobel de Literatura Kenzaburo Oé.

Como estos casos, podríamos dar más, nuestra experiencia en los talleres artísticos con niños con discapacidades confirma que tienen un desarrollo creativo que los vincula con las talleristas, lo que permite un sorprendente avance en el desarrollo de su personalidad.

Las actividades artísticas le brindan al niño una gama de posibilidades similares a las del juego para enriquecer su mundo, tanto interno como externo, permitiéndole expresar sus fantasías inconscientes: en un dibujo, escribiendo o narrando un cuento, haciendo una canción o con el movimiento de su cuerpo. Al conocer y experimentar con diversas actividades artísticas también descubre otros caminos de expresión.

Cuando trabajamos actividades artísticas con niños con trastornos mentales y del desarrollo la tarea se vuelve más difícil, ¿cómo pretender que pinte un niño con autismo si no quiere tomar el pincel o las pinturas? o ¿cómo podemos pretender que una niña con parálisis cerebral sin coordinación motora haga una escultura?

Que el niño trabaje directamente con artistas y con personas creativas brinda una experiencia que puede ser nueva pero sobre todo muy rica, porque el artista le transmite al niño a través de su propia experiencia, su contacto y vivencia con el arte; entonces, no es necesario, para nosotros, que el niño llegue a ser un artista. Y si llegara a serlo por supuesto sería maravilloso.

En el taller, lo más importante para nosotros es promover ese contacto entre el niño y el artista: su maestro de pintura que es a la vez pintor o se dedica a las artes plásticas, puede, y de hecho pensamos que lo hace, transmitir su propia vivencia con la pintura, y es así con cada uno de sus maestros de arte. Cada niño encontrará mayor afinidad con uno de ellos. La maestra de danza, por ejemplo, simplemente con su apariencia física, con la flexibilidad de su cuerpo, con sus movimientos y su ritmo al compás de la música, crea un espacio de experiencia en el cual cierto niño puede entonces, sentir, vivir y enriquecer su mundo a través de la danza. Algún otro niño encontrará mayores afinidades por ejemplo con la ceramista, y eso será nuestro punto de apoyo para impulsar su desarrollo creativo, social y personal.

CONCLUSIÓN

La creación de programas y actividades artísticas para niños y personas con discapacidades, podría ser abordada desde una nueva perspectiva, donde ante todo se le reconozca como una persona con capacidades y posibilidades de realización. Y no como un discapacitado, deficiente e imposibilitado.

Es cierto que la atención a la persona con discapacidad ha ido aumentando, pero consideramos que todavía hay mucho por hacer. El primer paso, insistimos, es cambiar la visión que se tiene del menor “discapacitado”, si bien no podemos olvidar, ni dejar de lado , sus disfunciones (fisico-motores, sensoriales, intelectuales, etc.) hay que tratarlo ante todo como niño, es decir como persona.

El trabajo que hemos venido realizando con niños de educación especial en actividades artísticas -como visitas a museos, conciertos, exposiciones- y en talleres de creativos de cerámica, pintura, música, teatro y danza, nos ha mostrado que el arte puede ser una gran ayuda para el desarrollo personal de cada niño. A través del trabajo creativo, encontramos un medio para su aceptación y valoración, así como un camino para lograr su integración social,. Es por eso que uno de nuestros objetivos es promover con los maestros, terapeutas, psicólogos y padres de familia la necesidad de trabajar programas de arte que fomenten la creatividad.

Fecha de publicación en Neuronilla: 18 / 02 / 2010

Extraído de: Proyecto C.A.S.

3 comentarios en «Creatividad y discapacidad – Proyecto C.A.S.»

  1. Buenas tardes ! Comparto totalmente todo lo expuesto en el artículo. Me gustaría leer el proyecto y si lo permiten utilizarlo como herramienta para armar un proyecto para trabajar con adultos con capacidades diferente. He trabajado muchísimo tiempo en ello y ahora,ya jubilada,deseo poner mi experiencia al servicio de ese grupo de personas..

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