La Biodanza es un recurso de excepción para abordar la integración de las emociones, instintos y relaciones de forma vivencial.
Así lo comprobamos en el “Máster en Coaching, Inteligencia Emocional, Relacional y Ciencia Cognitiva”.
Nuestros queridos compañeros de N-Acción lo han vuelto a conseguir: un grupo motivado, hábil y sensible para convertirse en coach.
La Biodanza, el sistema creado por Rolando Toro, nos sirvió para desarrollar actitudes desde la práctica de la mano de David Díez el director de Neuronilla: coordinarnos en equipo, desinhibirnos, empatizar, tomar el protagonismo de nuestra vida, fluir, comunicarnos de forma afectiva y movernos de forma más orgánica.
Todo ello desde la vivencia, sintiendo, y no tanto desde la palabra.
También vimos desde la teoría y la práctica, la importancia de escuchar y aceptar nuestras emociones como primer paso para la regulación. La teoría de Leslie Greenberg que distingue las emociones centrales de las secundarias, nos acompañó en el proceso.
Un aplauso para Elena Fernández y Manuel Férreo, ejemplo de trabajo que aúna ética y excelencia. Y otro no menos grande para este gran grupo que rebosaba implicación y entrega.
