Autora: Erika Piña
Fecha de publicación en Neuronilla: 05/03/04
Educar es una enorme responsabilidad y demanda una labor más extensa que la transferencia de conocimiento. El gran problema de la educación es enseñar a los niños QUÉ PENSAR en lugar de CÓMO PENSAR,
El sistema educativo actual esta basado en la memoria del niño en lugar del desarrollo de sus habilidades e inteligencias, dejando a los niños frente a la ignorancia en lugar de alejarlos de esta. Por lo anterior es conveniente renovar el sistema educativo para que pueda adaptarse a las necesidades de todos los niños.
La creatividad es un proceso dinámico que permite a los niños desarrollar su relación con el universo, expresar sus sentimientos, identificar sus deseos, dejar volar su imaginación y resolver por ellos mismos las dificultades que se le presenten.
Nosotros, los adultos, como progenitores, familiares o educadores debemos participar en sus vidas como facilitadores, dando apoyo y comprensión, respetando sus capacidades, intereses e intimidad, poner límites y fomentar el respeto hacia los demás.
Es muy importante estar atentos al proceso creativo de los niños y dejar que expresen con LIBERTAD y TIEMPO ILIMITADO su creatividad. La experiencia de la creatividad durante la infancia modela gran parte de lo que serán de adultos.
Los niños no son adultos pequeños y los adultos no son niños grandes, con lo cual, el trabajo de los niños es: jugar, experimentar y probar cosas diferentes, mientras el trabajo de los adultos es: facilitar, aclarar, compartir y guiar.
El reto consiste en ofrecer a los niños incentivos constantes que ayuden a fortalecer su creatividad, motivándolos a descubrir y crear respuestas o soluciones creativas por si mismos.
a) Nutrir la creatividad: mantener ilimitadas las acciones del niño. Esto permite a éste hacer lo mismo una y otra vez en una variedad de formas diferentes y así perfeccionar la habilidad logrando que el niño sienta “esta actividad es mía, es parte de mi”. Ej. Dejar que el niño juegue con bloques de lego diariamente si así lo desea, al cabo de un tiempo observarás que su destreza es más eficaz.
b) Ausencia de critica: el espíritu creativo que se inicia se alimenta del aliento y se marchita con la critica. Ej. Cuando el niño realiza un dibujo pidamos que nos explique lo que ha hecho en lugar de criticar diciendo… esa casa no tiene puertas.
c) Placer no presión: la creatividad florece cuando las cosas se hacen por placer. Lo que importa es el placer no la perfección. Ej. Cuando identificamos que nuestros hijos tienen afinidad a la música compremos una guitarra sin obligarlos a tocarla, hagamos de la guitarra un gran juguete y cuando descubran que no esta haciendo música sino ruido pedirán ayuda, incluso clases de guitarra.
d) El ambiente del hogar: ofrecer a los niños un espacio de libertad acompañado de colaboración para que concreten su impulso creativo. Ej. Cuando los pequeños en casa tienen deseo por comprender la vida animal no dudes en vestirse todos de exploradores y llevarlos al zoológico.
Bibliografía recomendada:
- “Niños Creativos” Bronstein Verónica y Vargas Ricardo. Ed. RBA
- “Espíritu Creativo” Goleman Daniel, Kaufman Paul y Ray Michael. Ed. Vergara
- “Conversations with GOD –an uncommon dialogue- Book 2” Donald Walsch Neale. Ed. Hampton Roads
- “Niños Índigo” Aisenberg Sandra y Melamud Eduardo. Ed. Kier